La tarde inmóvil. La tarde dibujando. Repitiendo las líneas de mi rostro, siempre diferentes, siempre mías, buscando aprender el circuito de la mirada, para apre(he)nderme de algún modo (“mirarme desde otro, mirarme como otro...”).
Me estoy vaciando de puro mirarme. Me miro el pupo todavía, como si no pudiera aún creer en mi propia autonomía. Moverme por propia voluntad, un ejercicio que siempre me resultó dificultoso. Ni siquiera puedo decir que creo en mí. Quizá esa sea la clave para desarmar esta maraña: No me creo, no me puedo creer nada.
No te creo, no te creas.
No me creo.
No me creas.
Creer y crear, dos pilares de la mentira.
Me estoy vaciando de puro mirarme. Me miro el pupo todavía, como si no pudiera aún creer en mi propia autonomía. Moverme por propia voluntad, un ejercicio que siempre me resultó dificultoso. Ni siquiera puedo decir que creo en mí. Quizá esa sea la clave para desarmar esta maraña: No me creo, no me puedo creer nada.
No te creo, no te creas.
No me creo.
No me creas.
Creer y crear, dos pilares de la mentira.
3 comentarios:
muy interesante :D
con lo dificil que es mirarse a si mismo ( integralmente es decir)
Saludos
Alberto
Creer y crear, dos pilares de la mentira
Creer y crear, dos pilares de la verdad +________________________________
Edificio, Constructo, Obra.
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