28 agosto, 2005

E l f r a u d e d e l a s l e t r a s

El fraude de las letras
Fare della sua lst. e de r

El sur falla detrás de él,

...aludes trae del fresal…
Alter deuda sellas E fr

Fueras dedal, estrella
(redes altas, dar fuelle)
De taller fueras, de sal



les Aterra Ella de sed -fu-


El fraude de las letras
Frutales laderas de El
Elde -ls- Trufa saledera
rastreas fuelle dedal

Fuste de la lra salE red

sarta de elles, l fraude
Sastre la duda Efree ll
Desertar, dale, all fuse
E l f r a u d e d e l a s l e t r a s

dasDefault –releerlas –
Sartre, Falú, El de de las
Deller- Ruedas fatales

-da al sur este feder all.-

Dada - suelte fraslleer -

Frustra sale de Ella de

Delete La fura Dels Ras

sale de tu res – d El falar


Le atraes flauers de dl

El fraude de las letras.
.Tras el fraude de ellas

22 agosto, 2005

neuronas

Algunos golpean su cabeza contra la pared. A algunos les duele sin golpearla. Supongo que será algo así como un cabeceo entre neuronas (como los animales que golpean su cornamenta entre sí hasta gastársela).
La solución de cabecear la pared para calmar el dolor suena contradictoria pero... puede ser efectiva? Una especie de golpe de estado, dispuesto a poner orden aunque el número de bajas supere el calculado. Y después estado de sitio, impuesto desde afuera, desde la fuerza bruta.

19 agosto, 2005

silencio

Me gusta escuchar el silencio de los otros. Creo que es el momento de mayor comunicación e intimidad. Cuando logro escucharlo sin incomodidad, o emitirlo sin culpa, encuentro en el vínculo, o al menos en mí, síntomas de confianza. O de interés. O de curiosidad. Muchas veces es inevitable preguntarse qué hay del otro lado de ese silencio, de ese bache que coloca en el discurso momentos de monólogo interno, o de distracción, o de complicidad. Al cambiar los códigos de comunicación, al redistribuirlos hacia otras partes del lenguaje, el receptor queda obligado a reestructurar su percepción. O quedarse fuera. Y ahí está la importancia del silencio: coloca a los protagonistas en el más complejo momento de la comunicación, una toma arriesgada en “el Judo de la conversación” (citándote, Seba), que obliga a quedarse quieto y alerta a cuaquier estímulo…
Pero quizá el mejor es el que se construye con el tiempo: un silencio familiar, con fines y principios conocidos, con tonos que conocen el efecto, que lo buscan, y (si estamos de buenas), lo logran sin dificultad. (¿un Tai Chi de la conversación, tal vez?).
Ahora: es fácil entrar en el silencio, pero no salir de él. ¿Cómo romper esa muralla de cristal, ese lago congelado, sin que resulte un acto violento? Además ¿cómo hacer que esa energía flotante entre emisor y receptor no se desmorone sin dejar rastro? No es fácil. Y quizá por eso el suspiro sea el recurso más usado: un silencio sonoro, una entrada a la palabra sin palabras, un test a las cuerdas vocales, tomar aire para levantar la mirada del rincón en que estaba sumergida, un golpe de energía…Bien. Salvo por la irresistible tentación de que las dos primeras palabras articuladas sean: “…Así essss….”. No. Así (justamente así) no es.
Ya lo dijo Atahualpa Yupanqui: “el aplauso es el asesinato del misterio”.

13 agosto, 2005

09 agosto, 2005

Mandorla Prosopis

Prosopis

Corte de una semilla de Prosopis (de la familia del retortuño)

08 agosto, 2005

mandorla


“El símbolo de la mandorla es muy remoto y está en muchos sitios. Está asociada al pez, porque si lo piensas, la representación del pez es igual a la mandorla. La mandorla se obtiene haciendo resbalar un círculo sobre sí mismo. Es la zona de la unidad y, evidentemente el sexo femenino. La palabra mandorla viene del italiano, que quiere decir almendra, y dentro de la mandorla, en todas las iglesias románicas, está metido el pantocrátor, que está metido dentro del sexo femenino”. Valente.